Este rico bizcocho de chocolate queda esponjoso, húmedo y bastante consistente (para no llevar huevo), por lo que se puede utilizar también para tartas con relleno e incluso para decorar con fondant.
La receta está pensada para un molde redondo de 18 cm. de diámetro. También pueden hacerse 12 magdalenas grandes con esta cantidad de masa.
La medida de ‘cucharadita’ es americana, en inglés teaspoon o tsp. Hoy en día es fácil conseguir estas cucharas medidoras en hipermercados.
Ingredientes:
– 200 gr. de harina de repostería (yo utilizo la de Gallo)
– 3/4 de cucharadita de bicarbonato
– 1/4 de cucharadita de sal
– 15 gr. de chocolate en polvo sin azúcar (yo utilizo la de Valor)
– 25 gr. de Nesquick
– 150 gr. de azúcar blanca
– 60 gr. de aceite de girasol
– 20 gr. de zumo de limón o de vinagre
– 250 gr. de leche vegetal (yo uso de avena)
– aroma de vainilla (opcional)
Elaboración:
Precalentar el horno a 180 ºC y preparar un molde enharinado, o mejor aún, forrado con papel de horno engrasado.
Tamizar en un bol grande la harina, el bicarbonato, la sal y los dos tipos de cacao para que queden bien mezclados. Se puede usar un colador grande para tamizar.
Aparte, en otro bol, mezclar el azúcar con el aceite y el vinagre y batir durante un minuto. Después añadir la leche vegetal y volver a mezclar. Añadir el aroma (opcional).
Incorporar la mitad de los ingredientes húmedos a los secos y mezclar suavemente, con movimientos envolventes, hasta que se unan. Después añadir el resto de ingredientes húmedos, mezclar, echar en el molde de bizcocho o los papeles de magdalenas y meter en el horno. La masa queda bastante líquida, es normal.
Hornear durante entre 30-50 minutos a 180ºC (depende de cada horno) si hacéis bizcocho, las magdalenas estarán listas en 20-30 minutos. Sabréis que el bizcocho está hecho porque empieza a oler a chocolate por la casa, jajaja, y porque al pincharlo con una brocheta no saldrá mojado (es normal que salga algo húmedo pero no manchado de masa).
Enfriar cinco minutos dentro del molde y después sacar para enfriar sobre una rejilla. Es importante no manipularlo mucho mientras está caliente porque se desmiga fácilmente.
Este bizcocho aguanta varios días tierno y jugoso, ¡a disfrutarlo!
Por Encarna Sáez.