Del 3 al 9 de abril se conmemora la Semana Mundial de la Alergia, a la cual se ha sumado la Asociación Andaluza de Alergia a Alimentos AVANZAX para reclamar una mayor concienciación social sobre esta dolencia y cómo afecta a las personas que la padecen y su entorno en ámbitos como el sanitario, el educativo o el consumo. La prevalencia de la alergia alimentaria es cada vez mayor y según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) ronda el 3-4% en adultos y 4-7% en niños, lo que significa que en Andalucía se estima que puede haber 250.000 personas afectadas por este problema, de las cuales más de 56.000 serían niños y niñas.

Las reacciones alérgicas son respuestas exageradas del sistema inmunitario ante sustancias que para otras personas son inocuas, por contacto, ingesta o incluso inhalación, a veces con una muy pequeña cantidad del alérgeno. Las reacciones pueden ser desde leves (urticaria) hasta muy graves, como es el shock anafiláctico (una serie de reacciones inflamatorias de distintos órganos como piel y mucosas, sistema digestivo, sistema respiratorio que empeora rápidamente pudiendo llegar a ocasionar la muerte). Los alérgenos más frecuentes son la leche, el huevo, los frutos secos, pescados y mariscos, cacahuetes, etc.

AVANZAX pide a las administraciones públicas y las empresas mayores esfuerzos por normalizar la vida de quienes padecen alergia a alimentos, ya que son personas perfectamente sanas siempre que no entren en contacto con los alérgenos a los que reaccionan, mejorando la prevención y la información y eliminando los obstáculos que generan limitaciones que suponen una importante pérdida de su calidad de vida, garantizando así la seguridad para su salud al tiempo que se promueve una mayor inclusión social de este colectivo.

Concretamente, AVANZAX viene trabajando desde su creación en 2014 en el impulso de un Plan Andaluz de Apoyo a las Personas con Alergia a Alimentos que abarque todos los ámbitos que les afectan y que de una respuesta global a sus necesidades, para lo cual está desarrollando un intenso trabajo con las administraciones publicas de Andalucía desde el nivel local hasta el autonómico.

Uno de los aspectos que más dificultades presentan para las familias afectadas es la escolarización de sus hijos e hijas con alergia alimentaria, ante la incertidumbre que supone dejarles en el centro educativo sin saber con seguridad qué medidas preventivas se van a adoptar para evitar reacciones y qué actuaciones se llevarán a cabo en caso de que las haya, ya que en Andalucía no existe un protocolo general de actuación para todas las provincias que recoja acciones de obligado cumplimiento en todos los centros educativos en materia de prevención y tratamiento de las reacciones alérgicas.

En los centros educativos los menores con alergia alimentaria están a menudo expuestos a riesgos para su salud durante los desayunos, celebraciones escolares, excursiones o cuando utilizan determinados materiales escolares (tizas, plastilinas…) o de manualidades (cartones de leche o huevos) por la presencia de alérgenos en estas actividades. También se dan situaciones como la negativa de algunos centros a custodiar o administrar la medicación de rescate en caso de riesgo vital (adrenalina autoinyectable).

Sufren también discriminación y exclusiones al no poder participar en algunas actividades (fiesta del otoño con frutos secos, por ejemplo, en el caso de niños con alergia a éstos), llegando a ser apartados físicamente del resto de compañeros de clase y señalados a causa de su condición, e incluso hay casos en los que se les niega la escolarización en el centro a niños con alergia alimentaria en la etapa de educación no obligatoria, recomendando escolarización domiciliaria.

Problemas con el etiquetado en alimentos y medicamentos

Otra importante dificultad se presenta a las personas alérgicas a alimentos como consumidoras por las dificultades para encontrar productos elaborados (también cosméticos, no sólo alimentos) libres de alérgenos y sus trazas y el mayor precio que tienen, y que suponen un importante esfuerzo económico para las familias. Asimismo, se enfrentan a lagunas en la legislación sobre etiquetado de los excipientes de los medicamentos, que hacen difícil saber si éstos son o no aptos porque pueden contener alérgenos alimentarios ocultos y no declarados.

Además, a la hora de comer en restaurantes y comedores colectivos, las personas alérgicas siguen enfrentándose a situaciones de riesgo para su salud e incluso su vida porque se producen a diario en toda Andalucía incumplimientos de la normativa que obliga a informar de manera clara e inequívoca a los consumidores sobre la presencia de los 14 alérgenos de declaración obligatoria y sus trazas. En este sentido, AVANZAX reclama una mayor formación a las empresas y trabajadores del sector hostelero sobre control de alérgenos y contaminación cruzada, además de una mayor sensibilización con el colectivo. Y a las autoridades competentes, un mayor celo en velar por el cumplimiento de la normativa.

La Semana Mundial de la Alergia es una iniciativa de la Organización Mundial de la Alergia (WAO, World Allergy Organization) y sus sociedades miembro que tiene como objetivo concienciar a la sociedad sobre las alergias y fomentar que se destinen más recursos a su diagnóstico, tratamiento y prevención. Este año, la SMA se centra en la ‘agonía de la urticaria’, para propiciar el intercambio de ideas y la colaboración con el fin de mejorar el tratamiento y la calidad de vida de los pacientes con urticaria.